Para empezar bien el día de Navidad, tenemos un objetivo fundamental que es rehidratar nuestro organismo, ya que hay muchas probabilidades de que esté deshidratado.
Así que, nada más poner el pie en el suelo intenta beber bastante agua durante la mañana, sobre todo si en Nochebuena has abusado del alcohol. Éste deshidrata y es importante reponer los líquidos perdidos.
Y nada como un buen desayuno para empezar nuestro día navideño, si quieres una buena opción es empezar el día con una infusión de rooibos con manzana y pimienta, así empezamos a ingerir líquidos de una forma deliciosa.
Intenta incluir alguna fruta, ya sea en forma de zumo natural recién hecho o bien una pieza de fruta. A mí me gusta mucho desayunar frutas de otoño con requesón, miel y nueces, completo y muy rico.
Incluye un hidrato de carbono, si es posible en forma de pan integral o avena de desayuno. Puedes aprovechar para incluir alguna sobra de la noche anterior, algún trocito de jamón cortado o también queso.
Un yogur puede ayudarte a restablecer un poquito tu flora intestinal.
Sal a caminar y a que te dé el aire, una buena ayuda para recuperar el apetito, así estarás a tope para tu menú navideño.
Si desde el desayuno hasta la comida hay muchas horas de diferencia, procura hacer una colación a media mañana, de esta manera llegarás mejor a la comida. Aprovecha para comer aquellos alimentos que probablemente no comerás en el resto del día, porque seguramente priorizarás otros. Por ejemplo, una pieza de fruta, unos frutos secos…
Como las comidas de Navidad se suelen retrasar bastante, me imagino que te saltarás la merienda. Si llegada la hora de cenar no tienes hambre o estás empachado, ni te lo plantees, no comas, no es necesario hacerlo, seguramente estés saturado y tu organismo necesita un poco de descanso gastronómico.
Si eres de los que hace una sobremesa con la bandeja de turrones, procura no comer por comer, es algo que sucede muy a menudo, se come sin tener hambre, solo porque está la bandeja delante. Te aconsejo que cuando termines de comer mires el reloj y dejes pasar al menos 3 horas hasta la hora de la merienda, de esta manera podrás dar un respiro a tu organismo y ya verás qué bien te sienta que vuelvas a sentir hambre.
Si tienes hambre para cenar, procura hacer una cena ligera, con presencia de verduras y de aquellos alimentos que no has tomado durante el día. Por ejemplo, si has comido carne pues prepárate un pescado o huevos para la cena, pero una porción pequeña, no es necesario abusar de los alimentos proteicos. Eso sí siempre con una buena ración de verdura.
Si tienes algo de hambre, pero estás todavía algo revuelto, puedes cenar un poco de pan tostado y algún yogur, una cena muy suave para no forzar más la máquina.
¡Feliz Navidad!
Mi nombre es MªÁngeles Cano Villalba, pero llámame Geles. Soy Dietista-nutricionista y cocinera aficionada. En Natural Castelló voy a ayudarte a cuidar tu alimentación y tu salud.