Introducción
Corren muchos mitos y tabúes sobre el pan: que engorda es el más escuchado y por desgracia seguido, ya que el consumo de este producto ha decrecido en las últimas décadas.
¿Cuál es la razón? Pues la mala o incorrecta información que se tiene sobre él.
Vayamos por partes.
¿El pan engorda?
El pan aporta entre 240 y 260kcal/100g por lo que lo consideraremos un alimento de aporte energético medio. En el caso de los panecillos tostados o picos aumenta hasta las 360kcal (a menor cantidad de agua en un alimento aumenta su valor calórico).
Si lo consumimos integral, aportaremos a nuestro organismo mayor cantidad de vitaminas del grupo B (esta vitamina es mayoritaria en cereales), minerales como el calcio o el hierro y fibra, imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Pero calóricamente apenas hay diferencia con el pan refinado.
Es difícil establecer una ración diaria recomendada, puesto que cada persona tiene unas necesidades, pero una cantidad aproximada sería 150g al día. El problema aparece cuando ingerimos más de lo que necesitamos. Pero eso pasa en términos generales con todos los alimentos que comemos, no sólo con el pan. La moderación es muy importante.
Como existe la creencia popular de que el pan en gorda, suele ser uno de los primeros alimentos que se eliminan a la hora de realizar una dieta. Sin embargo, se trata de un alimento saciante ideal para dietas de adelgazamiento porque evita que tengamos ansiedad.
El pan combina bien con todo, con lo que se tiende a abusar de él. Si nos hacemos un bocadillo con mucha cantidad de fiambre o mojamos mucho pan en una salsa, probablemente consumamos más energía de la que necesitamos.
Por lo tanto, el problema no está en el aporte calórico o energético que nos proporciona el pan, sino en el abuso en su consumo y el resto de alimentos con el que solemos acompañarlo.
Os aconsejo comer diferentes panes: integral, de fibra, blanco, de centeno, de soja, sin gluten… Cuanta más variedad de panes, mayor variedad de nutrientes le aportaremos a nuestro organismo, con lo que nuestra dieta será más equilibrada.
No os olvidéis de los niños. El mejor almuerzo o merienda siempre será un bocadillo que cualquier bollería industrial.
Qué pan tomar según tu patología
Si sufres algún tipo de patología que te obligue a vigilar tu alimentación de cerca no te preocupes, ya que en función de esta, existen diferentes panes en el mercado para poder introducir este alimento en tu dieta sin problemas.
- Celiacos: En este caso deberás buscar pan sin gluten. Es muy fácil encontrarlos en supermercados y también en panadarías.
- Hipertenso: Si sufres de hipertensión debes consumir pan sin sal.
- Estreñimiento o colesterol alto: Aquí lo tienes fácil, existe una gran variedad de panes integrales ricos en fibra que te ayudarán.
- Diabético: En este caso también te interesa consumir pan integral, aunque es más importante controlar las raciones ya que el pan tiene un índice glucémico alto.
- Problemas de masticación: Aquí habrá que recurrir al pan de molde, ya que es el más blandito.
En definitiva, debes de comer pan, es más, prepara tu propio pan, es una delicia hacerlo y una satisfacción comer algo que has hecho con tus propias manos. Te lo garantizo 😉
Mi nombre es MªÁngeles Cano Villalba, pero llámame Geles. Soy Dietista-nutricionista y cocinera aficionada. En Natural Castelló voy a ayudarte a cuidar tu alimentación y tu salud.