1.Deja las chufas a remojo en agua durante un par de días en el frigorífico.
2.Cambia el agua un par de veces.
3.Escurre el agua y echa las chufas en el vaso de la batidora, en una jarra americana o en el robot que tengas y añade una tercera parte del litro de agua que usaremos para hacer la horchata.
4.Tritura bien y añade el resto de agua, vuelve a triturar.
5.Ahora toca tonificar los brazos, hay que filtrar la horchata. Yo he utilizado un colador con la malla muy fina, puedes utilizar un chino también. Con la ayuda del mazo del mortero presiona para que filtre toda la horchata. También puedes utilizar una gasa para este fin.
6.A la horchata resultante añade la stevia 1:1 y mezcla hasta disolver.
7.Reserva en el frigorífico al menos una hora, para que esté bien fría y para servir mete los vasos unos minutos en el congelador para que el conjunto resulte súper refrescante. Lo ideal es servir la horchata de chufa casera a 2ºC.
Aspectos a tener en cuenta
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Esta horchata de chufa casera la puede tomar prácticamente todo el mundo, llena de minerales y de aminoácidos geniales para nuestro organismo. Rica en fibra, con un perfil lipídico muy saludable.
Puede ser un perfecto sustituto de la leche de vaca o de las bebidas vegetales que sueles tomar y además está deliciosa.
Llevo muchos años sin beber horchata porque las comerciales son muy azucaradas y no notaba el verdadero sabor de una horchata casera. Además todas llevan o lactosa o proteínas lácteas, algo impensable en una horchata de chufa casera.
Así que aunque tenga que trabajar un poco los brazos (cosa que no viene mal) de ahora en adelante siempre me haré mi horchata casera de chufas.
¡Ah! no tires la pulpa de la chufa, la puedes congelar y utilizarla para otras recetas, permanece atento 😉
Mi nombre es MªÁngeles Cano Villalba, pero llámame Geles. Soy Dietista-nutricionista y cocinera aficionada. En Natural Castelló voy a ayudarte a cuidar tu alimentación y tu salud.